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¿Te has preguntado alguna vez por qué te emocionaste con alguna canción?____________________
Esa melodía, al igual que las que oímos en los momentos importantes de nuestra vida, quedan grabadas en nuestro subconsciente y cuando las volvemos a escuchar, aún después de mucho tiempo, nos evocan las mismas sensaciones que entonces: paz, serenidad, o, en algún caso, desasosiego y perturbación. Y es que la música, especialmente el canto, forma parte de nuestra historia personal y sabe mucho más de nuestras emociones que nosotros mismos. Porque la música va más allá de nuestras membranas, y posee esa capacidad de hablar por sí sola.
Y es que debo reconocer que me es difícil definir la emoción que me produce este hermoso arte. Su magia llena mi corazón cada vez que la hago mía, cada vez que la disfruto, cada vez que la escucho, y cada vez que la canto.
Su infinito poder recorre mis venas. Y me produce el mismo cosquilleo de cuando me enamoro. Siento las mismas mariposas en el estómago y siento la misma respiración agitada y profunda. El mismo calor se hace presente en ese momento.
La música es amor, pasión y vida, y el canto su mayor expresión...nuestra mayor expresión.
Por eso debemos dar gracias por tener tan preciado instrumento. Y es que si con un violín o una guitarra la gente se emociona, imagínense el infinito poder que produce cantar, y entregar ese don tan preciado como lo es la voz en un canto armonioso.
Confieso que sin la música me muero. Y es que puede parecer exagerado e incluso inverosímil, pero es verdad. En mi vida el arte ha marcado una gran importancia y dentro de ella la música ha sido una de las fuentes de expresión más importantes para mí. Y es que a veces se me hace más fácil cantar o escribir lo que siento, es por eso que en mi caja de los recuerdos guardo además de bellos momentos, muchas canciones que algún día espero compartir.
Esa es la verdad. Me encanta cantar. Persona que me conozca sabe que es cierto. Y es que no me puedo aguantar las ganas de hacerlo. En mi casa están acostumbrados a oír mis conciertos (tarareos) en la ducha. Mis amigos me piden que les cante siempre y mis amigas no se aburren de mí, porque afortunadamente comparten este mismo sentimiento. Y es que más que cantar bien (aunque eso es bastante importante), lo esencial es sentirlo en lo más profundo de nuestros corazones. Hacer que nuestra alma se revuelva de felicidad y emoción. Y que nuestro pecho se aprete de esa emoción inexplicable y se nos ponga la piel de gallina.
El canto es lo más saludable del mundo. O díganme ustedes, si alguna vez han terminado enfermos después de un ensayo de coro. Lo ven?. Cantar, es encantar. Es enamorar. Es sentir. Cantar es vivir.
Y perdón, pero sentía la necesidad de escribir esto. Sentía ganas de decir que me encanta la música y que la vivo y la amo como vivo y amo a mi familia, amigos y mi carrera.
Que si además de poner al servicio nuestras voces que están siendo bien trabajadas, ponemos y entregamos nuestro amor al canto, sin duda el resultado final será el mejor.